La Ley de Dependencia en España proporciona un marco legal crucial para asegurar la atención y el apoyo a las personas en situación de dependencia, así como promover su autonomía personal. Pero, ¿cómo puedes acceder a estas importantes ayudas?
¿Cómo solicitar las ayudas de la Ley de Dependencia?
Solicitar las ayudas a la dependencia es un proceso fundamental que comienza acudiendo a los servicios sociales municipales o a los centros de atención primaria. Aquí, un trabajador o trabajadora social evaluará tu situación y te guiará en los trámites necesarios.
Requisitos para solicitar las ayudas
Para solicitar las ayudas de la Ley de Dependencia, debes cumplir con dos requisitos esenciales. En primer lugar, debes encontrarte en una situación de dependencia estable, es decir, no reversible. Además, es imprescindible residir en la comunidad autónoma donde se solicita la ayuda y haber vivido durante cinco años (los dos últimos consecutivos) en territorio español.
¿Quién puede solicitar la ayuda?
La solicitud de estas ayudas puede ser realizada por la persona afectada por la dependencia, un familiar, un representante legal o, si es necesario, una administración pública.
Determinación del grado de dependencia
La Administración Pública es la única entidad que puede determinar el grado de dependencia. Para ello, el equipo del Servicio de Valoración de la Dependencia visitará el domicilio habitual de la persona y realizará una evaluación exhaustiva, teniendo en cuenta informes médicos, entrevistas y observaciones directas.
Qué es el Grado de dependencia
En 2006, se aprobó en España la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como la ‘Ley de dependencia’. El objetivo de esta norma es regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad y la promoción de la autonomía personal de las personas consideradas en situación de dependencia, una situación que la misma ley define como «el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria».
Esta ley establece también que existen distintos grados de dependencia y que, en función del grado reconocido, las personas dependientes pueden acceder a distintos grados de protección. La máxima protección la tendrán las personas con grado de dependencia III y la menor las personas con grado de dependencia I.
En la actualidad, según datos de finales de 2021, en nuestro país hay 1,4 millones de personas que tienen reconocido algún grado de dependencia, lo que representa un 3% de la población total.
Qué grados de dependencia existen, según la ley
En su artículo 26, la Ley 39/2006 establece tres grados de dependencia distintos y una serie de criterios de evaluación:
Grado I. Dependencia moderada. El reconocimiento de este grado se otorga cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal.
Grado II. Dependencia severa. Para conceder este grado de dependencia, la persona tiene necesitar ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal.
Grado III. Gran dependencia. Se considera que una persona es gran dependiente cuando necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal.
Para determinar qué grado de dependencia tiene una persona, se aplica el Baremo de Valoración de la Situación de Dependencia (BVD), que evalúa con criterios objetivos su grado de autonomía. Esta evaluación se lleva a cabo en el domicilio para ver cómo se desenvuelve llevando a cabo las tareas de la vida diaria y el grado de apoyo que necesita. En esta evaluación, en función de si la persona es capaz o no de llevar a cabo las tareas, se le otorga una puntuación del 0 al 100.
Ayudas disponibles
Una vez determinado el grado de dependencia, los servicios sociales públicos trabajarán junto con la persona dependiente o sus representantes para elaborar un programa de atención personalizado. Este programa puede incluir servicios como atención domiciliaria, teleasistencia, centros de día, entre otros. También pueden ofrecerse prestaciones económicas vinculadas a estos servicios, teniendo en cuenta la capacidad económica de la persona dependiente.
En resumen, acceder a las ayudas de la Ley de Dependencia es un proceso importante que puede proporcionar un apoyo vital para aquellos que lo necesitan. No dudes en acudir a los servicios sociales para obtener más información y comenzar el proceso de solicitud.